miércoles, 21 de octubre de 2009

El alma de la vida

El esperado consuelo que mis amargos minutos invadidos de absurda pero irreversible agonía ansían en cada uno de sus sesenta segundos, la perfección que mis contaminados ojos jamás hubieran imaginado presenciar, lo único constante de mi habitual vida inconstante, la hermosa materialización de mis inconformes fantasías, la escapatoria al seductor conformismo, mi héroe artístico.



¿Exagero?
Aunque se rumore que mi enfermiza obsesión me ha enceguecido llevaré este amor hasta el fin de la eternidad.



P.D.: Aún sigo hablándole a esa pared.