Los minutos cortan su piel con el
filo de la eternidad cuando ella agoniza aquel sufrimiento; con el pedazo
desfigurado que aún respira intenta sobrevivir con aquella enfermedad que la ha
incapacitado por 22 años, tiempo suficiente para beber de esa agua bendita que
la ha quemado por dentro como una herida expuesta al alcohol con gotas de
limón, ácido por su crueldad y sincero como una criatura reencarnada de la
inocencia hecho hombre, o bueno mujer, el género en las
historias como el egoísmo prepotente de los prójimos en la cotidianidad
no merecen clasificar como elementos relevantes de su
"naturaleza" a diferencia, claro, del mensaje duramente
descifrable que se convierte en ese milagro salvador, aquella verdad
que sentimos nuestra al encontrarla, entenderla y conservarla; la felicidad no
tiene género, la vida tampoco, nuestro pensamiento nunca lo tendrá... ¿Qué más
razones? ¿Qué más importa?
Si ella ha sido desgraciada por su
ignorancia ¿puede un mortal culparla? Atrevidamente digo que es injusto si
aquel hombre que vende cruces en el semáforo la tilda de pecadora o aquella
madre que ha dado su dignidad y autoestima por su familia busca el consuelo de
la joven con palabras consoladoras que anulan su esencia divina al momento de
ser pronunciadas por un alma aún no perfecta; sacrilegio, por lo tanto, en
contra de la Santa presencia de ese Ser que nos da un amor
incondicional e incorruptible en la eternidad.
Cada TIC uno de nosotros intenta
dejar su mente en blanco, cada TOC aquel otro piensa en un futuro consoladoramente
lejano y por supuesto poco acertado y cada TIC TOC ese de enfrente maldice su
presente llorando las pérdidas ahora de otro dueño. Y nos quejamos y ella
canta aquellos coros falsos que son tan familiares como hipócritas en una
verdad cultivada en un terreno infértil cuyo fruto es embutido salvajemente en
cada una de las bocas de los habitantes de este espacio apto para la vida
humana, declarado 70% agua y 30% tierra firme.
Todos los días basta con un Do
mayor, un Si o un La para que sean las 12:00 a.m., el tiempo corre, hay
movimiento por cada rincón pero esa verdad condicionada a la palabra dolor es
inalterable, no se transforma ni evoluciona.
*Definir en el diccionario de la verdad es tan estúpido como errado, es inexacto, solo desatinos.
Dícese de la ceguera del
alma, mente y corazón.
Ir a: 1) Alma: No hay
referencias.
2) Mente: No hay referencias.
3) Corazón: Afortunadamente para mí no hay nada absoluto.